He elaborado la pintura con leche condensada y colorante alimentario, obteniendo un resultado no tóxico y comestible. Las pinturas, además, una vez secas quedan muy brillantes.
Por otro lado he preparado unos hielos de colores, a base de agua y colorante alimentario, que permiten tener una experiencia sensorial, por la sensación de frío en las manitas al pintar.
He puesto además al alcance de los peques pinceles, sellos (caseros y no caseros) y globos.
Este ha sido el resultado:
Pintando con un hielo azul:
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